La Fundación Juana de Vega inicia un ciclo formativo que permitirá a los viticultores producir vinos de calidad a partir de las variedades de la zona de Betanzos legalizadas para su etiquetado y comercialización fuera de la esfera doméstica.

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Oleiros, 30 de enero de 2012.-Tras la investigación pionera desarrollada por la Fundación Juana de Vega, en la que se consiguió recuperar dos castas de cultivo ancestral de la zona de Betanzos, lo que permitirá etiquetar y comercializar las variedades de Branco Lexítimo y Agudelo bajo estas denominaciones, la Fundación da un paso más en su apoyo al sector vitivinícola de la comarca con la organización de un completo ciclo de formación destinado a obtener el máximo rendimiento por parte de los productores.

El objetivo fundamental del curso, que se desarrollará a partir del 1 de febrero en la sede de la Fundación Juana de Vega y en la finca del Centor de Formación y Experimentación Agroforestal de Guísamo, es el de alcanzar los conocimientos necesarios para la implantación y el mantenimiento de viñedos, principalmente adaptadas a la comarca que abarca los vinos de la Tierra de Betanzos, así como a la elaboración de vinos de calidad a partir de las variedades cultivadas en la comarca. Entre ellas se encuentra el Branco Lexítimo y el Agudelo, hoy recuperados para la producción de vino de calidad gracias a la investigación iniciada en 2007. En este complicado proceso de participación desde la Misión Biológica de Galicia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (EVEGA), junto con la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Betanzos y Comarca. Este estudio permitió a estas castas ancestrales salir de la esfera doméstica, entrando en el Registro de Variedades Comerciales. Por tanto, los productores podrán legalizar la estas variedades y ampliar sus cultivos para obtener un mayor rendimiento económico de su actividad.

Bajo estas premisas y ante las posibilidades que se abren de dinamización del sector, es necesario alcanzar la máxima formación para afrontar el proceso, motivo por el que el programa formativo, que tendrá una duración de 100 horas, se desarrollará en paralelo al ciclo vegetativo del producto y con una vocación eminentemente práctica. Así, el curso tendrá una parte teórica en aula y prácticas en finca, desarrollándose de manera discontinua, hasta finales del mes de diciembre, coincidiendo con el embotellado del vino elaborado en la bodega.

Para la ejecución práctica de todas estas operaciones, los alumnos dispondrán de una finca experimental a la que se sumará otra de nueva implantación en la que el alumno participará en la fase inicial de preparación y acondicionamiento de los terrenos. Igualmente dispondrán de una bodega experimental y de un laboratorio de análisis.

Con respecto al programa y el calendario del curso, abarcará desde la anatomía práctica básica de la vid hasta la poda y atado, las técnicas de implantación, los cuidados del suelo, el control de plagas y enfermedades, los tratamientos fitosanitarios, el seguimiento de la evolución de la maduración, la legislación vitivinícola, las denominaciones de calidad, la selección de materias primas y finalmente, la elaboración, fermentación conservación, embotellado y etiquetado del vino.

El programa se iniciará en febrero, combinando sesiones teóricas en la sede de la fundación y en prácticas en fincas experimentales que se extenderán a todo el ciclo vegetativo de la uva.

El objetivo es que los productores obtengan el máximo rendimiento y amplíen sus explotaciones gracias a la implantación de variedades como el Branco Lexítimo o el Agudelo, que ya han sido recuperadas e incluidas en el Registro de Variedades Comerciales gracias a la investigación impulsada por la Fundación Juana de Vega.