San Clemente
Santiago de Compostela. A Coruña
Promovida por el Concello de Santiago de Compostela y rematada el 23 de julio de 2011
La plaza de San Clemente se encuentra en el entorno inmediato de la Catedral de Santiago. Se trataba de una rampa construida a mediados del siglo pasado, con un trasformador eléctrico soterrado, que partía en dos el espacio público. Por un lado funcionaba como vial, pero por otro encajonaba un espacio inútil como estancia, que acabó convirtiéndose en un caótico aparcamiento.
La intervención se articula por medio del traslado del muro de contención, que se convierte en la clave de la actuación. Su nueva ubicación permite ganar visibilidad y la aparición de unas escaleras de conexión lo hace más cómodo y acorde con el entorno. En la intervención realizada se procedió a una renovación exhaustiva de todo tipo de infraestructuras eléctricas, saneamiento, gas, telefonía…, y se dio cabida a los restos arqueológicos descubiertos durante las obras.
La complejidad de los límites de la intervención lleva a elegir un despiece de pavimento relativamente neutro formado por bandas de granito moreno que confinan con doquín negro. El muro inclinado se resuelve con el mismo sistema, procurando así rebajar su presencia.
La rampa se reduce a un carril de tráfico de subida, lo que elimina la necesidad de giro en el encuentro inferior. Al mantenerse pegada al aparcamiento, sirve también de acceso y salida de éste. La circulación en el resto de la actuación se limita a vecinos y vehículos de emergencia.
La zona central se ordena con cuatro báculos de gran porte con luminarias bajas. A su vez, la rampa se ilumina con una luz rasante por medio de pequeños apliques de pared. Las farolas tradicionales se conservan en diálogo con las nuevas luminarias, aplicando conceptos ya conocidos en rehabilitación, de coexistencia de materiales nuevos y viejos.
La propuesta se integra sin solución de continuidad con el tejido urbano adyacente. El enlosado de granito de reutilización en espina de pez de la calle superior, avanza introduciéndose en la rampa. La escalinata sur se transforma en gradas que penetran en la calle Raxoi. El canal de pluviales de la calle Trinidade marca el cambio de pendiente en su encuentro con la plaza y las aceras que bajan de la calle San Clemente se rematan respectivamente en el patín de la última casa o en el soportal del aparcamiento cubierto.
La actuación se completa con cuatro árboles que se ubican estratégicamente entre el enjambre de infraestructuras soterradas que se integran con las existentes, contribuyendo a diluir los límites de la actuación, tratando así el espacio público como un continuo de ciudad.