Oleiros, 15 de marzo de 2012.-La Fundación Juana de Vega ha dado un nuevo paso orientado a la mejora de la productividad del sector agroalimentario, y más concretamente del vitivinícola, “uno de los sectores más dinámicos de nuestra agroindustria y de los que mejor están afrontando la actual crisis económica”, señala José Manuel Andrade, director de la Fundación Juana de Vega. La iniciativa consiste en el impulso y financiación de una nueva investigación que desarrollará el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a través del grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC), dirigido por la doctora Carmen Martínez Rodríguez. Este trabajo tiene como objetivo estudiar la virulencia de los hongos que afectan a las regiones vitivinícolas gallegas en las que se producen los vinos de las principales denominaciones de origen, y de ese modo diseñar un programa individualizado, el primero de estas características que se realiza en la comunidad y pionero también en España, que permita identificar y describir las razas gallegas de estos hongos, así como poner a punto herramientas más eficaces de tratamiento antifúngico en la vid.
El estudio, que se desarrollará por un período de tres años, se llevará a cabo en las distintas áreas vitícolas gallegas (Rias Baixas, Monterrei, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras), y para las variedades mayoritarias en cada una de estas zonas (Albariño, Dona Blanca, Mencia, Treixadura y Godello, respectivamente).
Para ello, se contará con la colaboración de cuatro bodegas (Terras Gauda, Valdesil, Adegas Moure y Pazo Casanova), que permitirán instalar los captadores de esporas y las estaciones agroclimáticas en sus parcelas. Aunque la parte experimental de este proyecto se va a realizar íntegramente en Galicia, y nuestros viticultores serán los primeros beneficiados, los resultados son aplicables a nivel internacional, e incluso podrían ser utilizados por las casas de productos fitosanitarios, para la elaboración de tratamientos antifúngicos más eficaces y más respetuosos con el medio ambiente.
El Mildiu, el Oídio y la Botrytis, son tres de las principales enfermedades de la vid que son producidas por los hongos Plasmopara viticola, Erysiphe necator y Botrytis cinerea, respectivamente. Los dos primeros “solamente” llevan unos 130 años en Europa, a donde llegaron procedentes de América; mientras que el hongo que provoca la Botrytis (podredumbre), se conoce desde la antigüedad en nuestro continente.
Son numerosos los trabajos y ensayos realizados sobre la eficacia de distintos productos fitosanitarios, que tratan a cada uno de estos hongos como si sólo existiese un individuo, sin ninguna variante, que actúa de igual manera en cualquier parte del mundo, o en cualquier viñedo. También son abundantes los trabajos que estudian y determinan qué condiciones climáticas concretas hacen que estos hongos se multipliquen y ataquen a la vid, pero siempre considerando que estos hongos se comporten de igual manera en cualquier parte del mundo. En los últimos años han proliferado diferentes programas informáticos que predicen el riesgo de la enfermedad, puestos a punto y comercializados por Alemanes, Suizos, Franceses, Norteamericanos o Australianos, pero no existe ninguno adaptado a las condiciones vitícolas de Galicia, ni de ninguna otra zona de España.
El grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC), es experto en la cuantificación de los niveles de sensibilidad a hongos de las viníferas, en el estudio de los mecanismos de defensa de la planta frente a la entrada del hongo y en el estudio de la influencia del suelo y del clima, o del manejo de cultivo, en la mayor o menor incidencia de las enfermedades fúngicas en la vid.
Los investigadores de la MBG-CSIC sostienen que a lo largo de los años se han ido desarrollando razas o variantes dentro de cada uno de estos hongos, que éstas tienen distintos grados de agresividad y que muestran además una mayor o menor afinidad por unas variedades de vid u otras.
A la vista de la fructífera colaboración desarrollada entre la Fundación Juana de Vega y el grupo de viticultura de la MBG-CSIC, que culminó con la inclusión de la variedad Branco Lexítimo en el registro oficial de variedades comerciales de vid, la entidad ha querido seguir apostando por la investigación, con el fin de conocer el riesgo real de aparición de estas enfermedades en zonas vitícolas concretas, comprobar si existen distintas “razas” de cada uno de los hongos con diferentes grados de agresividad y obtener información que permita un uso más eficaz y racional de los tratamientos antifúngicos.
La experiencia de la MBG-CSIC en estos temas, unido a las óptimas condiciones climáticas existentes en las diversas regiones vitícolas gallegas para el desarrollo de estos hongos, ha llevado a plantear este proyecto en el que se pretende, por una parte, cuantificar la concentración de esporas de los hongos responsables del Mildiu, Oídio y Botrytis en el aire (mediante captadores de esporas) y en diferentes órganos de las plantas de vid (hojas, inflorescencias y racimos). Por otra parte, se caracterizarán tanto morfológica, como molecularmente, las poblaciones de cada uno de estos hongos y se evaluará en laboratorio su nivel de agresividad. También se relacionarán la concentración de esporas de cada hongo en el aire, con respecto a la concentración de esporas en hojas, inflorescencias o racimos, y a su vez, la cantidad de estas esporas con la incidencia real de cada una de las enfermedades en las variedades objeto de estudio. Por último, se evaluará la concentración de esporas en el aire de los distintos hongos, con respecto a las condiciones climáticas de cada viñedo, que serán determinadas mediante la instalación de estaciones agroclimáticas en cada uno de los viñedos estudiados.
Además de la doctora Carmen Martínez Rodríguez, componen el grupo de investigación los doctores Susana Boso Alonso y José Luis Santiago Blanco, junto con el equipo de personal técnico, formado por Mª Sol Taboada Plasencia, Elena Zubiaurre Murúa e Iván González Rodríguez.