Galicia desarrollará nuevas técnicas de multiplicación a gran escala de las variedades autóctonas del olivo para responder a la elevada demanda de planta

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La identificación y descripción de unas 20 variedades de olivo autóctono gallego, la aprobación de dos de ellas (Brava gallega y Mansa gallega), y el inicio por parte del CSIC del registro de 11 a través de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV), son los antecedentes de este Grupo Operativo autonómico que, durante los próximos tres años, aunará conocimiento, técnica y recursos para impulsar el desarrollo del sector del olivo en Galicia.

Con este proyecto de I+D+i se busca poner a punto y optimizar a gran escala técnicas ad hoc para multiplicación mediante estaquillado clásico y microestaquillado in vitro estas 11 variedades únicas que permitan proveer a los viveros, de forma eficiente y sostenible, de plantas que cubran la alta demanda registrada en el mercado por los jóvenes agricultores gallegos. Según datos del Ministerio de Agricultura (MAPA), desde 2009 la superficie cultivada destinada al olivo ha aumentado un 279%.

En el marco de este proyecto también se sentarán las bases para iniciar estudios comparativos sobre el comportamiento agronómico de estas variedades en plantaciones ubicadas en diferentes puntos de nuestra comunidad. En concreto, en la propia MBG y en la plantación experimental de Axencia Galega da Calidade Alimentaria en A Pobra do Brollón (Lugo).

Ventajas y nicho de mercado
Por una parte, la micropropagación in vitro supondrá un recorte en los tiempos para obtener gran número de ejemplares y en el caso del estaquillado clásico, se probarán dos nuevos tipos de hormonas que favorezcan el enraizamiento de la planta. Asimismo, el establecimiento de las parcelas experimentales permitirá comparar su comportamiento y, por último, el cultivo de ejemplares ya adaptados al suelo y al clima de Galicia permitirá obtener aceitunas y aceite de una calidad diferenciada respecto a los productos existentes en el mercado.

Además, tal y como destacan los promotores del Grupo Operativo Oliveiras de Galicia, esta investigación contribuirá a conservar nuestra biodiversidad agraria, integrada en el patrimonio de la humanidad, y dar un paso más allá de su conservación en bancos de germoplasma.

El Grupo Operativo Oliveiras de Galicia - Multiplicación a gran escala de olivo autóctono (estaquillado clásico y micropropagación in vitro) fue uno de los seleccionados para ser financiados en la pasada convocatoria 2023 de las Ayudas para la ejecución de proyectos innovadores de los Grupos Operativos de la Asociación Europea de la Innovación (AEI), cofinanciadas con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) en el marco del Plan estratégico de la política agraria común (PEPAC) 2023-2027. El presupuesto total es de 179.652,68€. El consorcio de esta investigación aplicada, liderado por la Fundación Juana de Vega, está participado por la Misión Biológica de Galicia (CSIC), la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (AGACAL) de la Consellería do Medio Rural, las empresas Ouro de Quiroga (Lugo) y Olivar de la Concordia (Valga, Pontevedra), y el laboratorio Cultigar como colaborador externo.

Hace unos días, la sede de la Fundación Juana de Vega, acogió la reunión de presentación del Grupo Operativo Oliveiras de Galicia con la asistencia de representantes del consorcio y colaboradores. “Casi todos los días recibimos llamadas preguntando si tenemos plantas de olivo autóctono listas para plantar. Con esta investigación podremos responder a esta demanda, aunque no de forma tan inmediata como nos gustaría, ya que necesitamos tiempo para hacer los ensayos”, señala Carmen Martínez, jefa del grupo Viticultura, Olivo y Rosa (VIOR) de la MBG.

Desde la Fundación Juana de Vega manifestaron que “para nosotros es prioritario apoyar la recuperación, multiplicación y transferencia al sector de las variedades autóctonas de Galicia. Nuestro objetivo es tanto apoyar la biodiversidad como mantener nuestro patrimonio natural y obtener producciones diferenciadas que, respaldadas, por el prestigio de los productos gallegos, permitan desarrollar un sector olivarero que facilite la recuperación de territorios en riesgo de abandono y despoblamiento”.

La Axencia Galega da Calidade Alimentaria consideró de máximo interés poder proporcionar, junto con el material vegetal, información fiable a viveristas y profesionales del sector que les permita decidir el mejor momento, la variedad idónea por su adaptación al medio y la técnica recomendada en cada caso para propagar el material vegetal. Para ello, ejemplares de las plantas obtenidas en este proyecto por las técnicas de estaquillado clásico o por micropropagación in vitro, tras un período de aclimatación en invernadero, pasarán a complementar la colección existente en el campo de ensayo de la parcela experimental de olivos de la que ya dispone AGACAL en A Pobra do Brollón (Lugo). Esto permitirá comprobar y evaluar su adaptación a las condiciones de cultivo en campo de las plantas de cada variedad que se planten en él como consecuencia de este proyecto, recopilándose toda la información posible a fin de ponerla a disposición del sector.

Por su parte, los responsables de Ouro de Quiroga, Olivar de la Concordia y Cultigar mostraron su satisfacción por participar y colaborar en este proyecto de investigación para el agro gallego.

Desde ahora y durante los próximos tres años, hasta septiembre de 2026, la investigación del Grupo Operativo Oliveiras de Galicia dará respuesta a la demanda creciente de planta de olivo de variedades autóctonas gallegas mediante la implementación de técnicas de multiplicación específicas para estas variedades de olivo, permitiendo producir miles de plantas en poco tiempo y satisfacer la enorme demanda existente.

Antecedentes | I+D+i y sinergias para recuperar la riqueza biológica de interés agrario en Galicia

Existen diversas referencias históricas que atestiguan la presencia del cultivo del olivo en Galicia desde muy antiguo. La importancia que tuvo en el pasado es evidente por la existencia de numerosos restos arqueológicos, como lagaretas primitivas destinadas al prensado de la aceituna de los siglos I-II a. C. e, incluso, de épocas posteriores. La existencia de variedades de olivo autóctonas de Galicia era totalmente desconocida hasta hace pocos años e inexistentes los estudios científicos al respecto.

En 2012, en el marco del proyecto del CDTI (Inngal-Agromarsalud 2013), el grupo VIOR (MBG-CSIC) descubrió la posible existencia de variedades autóctonas y exclusivas de Galicia. Un año más tarde, decidió continuar en solitario con este estudio, abriendo incluso una línea de investigación específica que, entre 2017 y 2022, con el apoyo económico de la Fundación Juana de Vega, logró consolidar. Posteriormente, durante el año 2023, desde la Fundación se financiaron algunos trabajos preliminares para multiplicación mediante estaquillado clásico y microestaquillado in vitro que han sido el germen de este Grupo Operativo.

Brétema, Carapucho, Carmeliña, Folgueira, Maruxiña, Susiña,…
Como resultado de la primera fase de estudio, se publicó la primera descripción de media docena de variedades autóctonas y, dos de ellas (Brava gallega y Mansa gallega), fueron incluidas en la lista española de variedades de olivo. También se constató que todavía existen antiguos olivares familiares en producción (Quiroga, Verín), escondidos entre la maleza, mezclados con otros árboles en el monte (Valdeorras, Quiroga,…) u otras zonas en donde actualmente solo quedan ejemplares dispersos (comarca de Pontevedra, A Estrada y Val do Ulla).

Después, entre 2017 y 2022, la Fundación Juana de Vega financiaba con fondos propios y un presupuesto de unos 300.000€, el proyecto de investigación para continuar profundizando en el estudio del olivar gallego y sus variedades. Se realizó una amplísima prospección por todo el territorio gallego, marcando y estudiando hasta la fecha más de 170 olivos centenarios, entre los que se han podido diferenciar unas 20 variedades distintas y autóctonas de Galicia. De estas, hasta el momento hay 11 en proceso de registro. La comparación de sus perfiles moleculares y sus características botánicas y agronómicas, con las descripciones y los perfiles que aparecen en la bibliografía científica internacional o en diferentes bases de datos, ha permitido concluir que son distintas a las descritas hasta la fecha en otros lugares del mundo.

Recientemente, se ha iniciado el proceso de registro de algunas de ellas en la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV) con los nombres Brétema, Carapucho, Carmeliña, Folgueira, Maruxiña y Susiña, a las que se irán añadiendo próximamente Santiagueira, Xoana y Hedreira, además de otras cuyos estudios van algo más atrasados.

Sin duda, el eco de todo este trabajo y colaboraciones, así como el reconocimiento oficial de Brava gallega y Mansa gallega, representa un espaldarazo para una nueva generación de jóvenes agricultores que, desde hace unos años, intenta recuperar las zonas olivareras de Galicia multiplicando los viejos olivos existentes a su alrededor o, incluso, introduciendo variedades foráneas como Arbequina y Picual, no tan adaptadas a las características particulares de suelo y clima de Galicia.