Sober, 6 de septiembre de 2019. La Fundación Juana de Vega presentó hoy las conclusiones del workshop de paisaje, “ Tralas pegadas do Camiño de Inverno nas paisaxes da Ribeira Sacra”, que se desarrolló durante toda esta semana. Posteriormente, tuvo lugar la clausura del seminario de la mano de Isaías Calvo, director de Administración y Relaciones Amigos del Camino, e Isabel Aguirre, directora de la Escuela Gallega del Paisaje Juana de Vega, en la Casa Grande de Rosende (Sober).

Una iniciativa de la Fundación Juana de Vega, a través de la Escuela Gallega del Paisaje, con el patrocinio de la Agencia de Turismo de Galicia –en el marco del programa O Teu Xacobeo, de apoyo a proyectos de dinamización del Xacobeo 2021 (Xunta de Galicia), y coordinada por Mario Crecente.

Este primer seminario se centró en el tramo que va desde Quiroga a Monforte de Lemos. Siempre teniendo presente a importancia de la Ribeira Sacra, tanto a nivel paisajístico, cultural o natural y entendiendo que el Camino de Invierno es la entrada natural a Galicia desde la meseta siguiendo el cauce del río Sil, un acceso ya utilizado por los peregrinos como alternativa al Camino Francés.

Los dos primeros días se contó con la presencia de ponentes como Eladio Fernández Galiano, que presentó los itinerarios culturales y el valor europeo del Camino de Santiago; Mónica Luengo Anón, que hizo hincapié en la gestión de los paisajes culturales del patrimonio mundial y sus procesos de cambio. Por su parte, Isabel Aguirre presentó los valores naturales y culturales del paisaje de la Ribeira Sacra; Ana Goy compartió el expediente de candidatura a Patrimonio Mundial de la Ribeira Sacra, y Aida Menéndez explicó el largo proceso de reconocimiento y valorización del Camino de Invierno, desde los orígenes a la actualidad. Además, Mario Creciente, coordinador del workshop, presentó los procesos de gestión de los caminos desde su delimitación, intervención y promoción; y Manuel Vilar compartió los específicos valores etnográficos del territorio y los retos a los que se enfrenta.

Durante los dos primeros días el formato del workshop fue una combinación de intervenciones de los expertos y visitas de campo a diversos puntos del trazado actual, Montefurado y Monforte, así como a sus posibles variantes o alternativas en Vilachá, además de encuentros con la población y los agentes locales. Los dos días siguientes los talleres propiamente dichos, fueron complementados con presentaciones concretas relacionadas con el conocimiento del territorio y sus valores: vías romanas por Javier Vila o Patrimonio Marítimo de la mano de Xosé Antón Fernández, así como la gestión patrimonial de los Caminos por Manuel Chaín o el papel del Consorcio de Turismo de Ribeira Sacra por Alexandra Seara.

Durante todo la semana los 30 expertos participantes reflexionaron con un enfoque multidisciplinar, sobre la delimitación del Camino y su territorio histórico, imaginando la valorización y rehabilitación del patrimonio cultural religioso y civil existente, pensando en la mejora de servicios para el peregrino, sirviendo de potenciador para los productos locales, y estudiando los ámbitos del recorrido para proponer criterios de protección y desarrollo, así como actuaciones concretas de mejora.

Las propuestas de los cuatro grupos de trabajo formados para el debate se centraron en lo siguiente:

El primer grupo analizó el núcleo de Montefurado (Quiroga), como punto de descanso en el Camino comprendiendo su origen relacionado con la minería romana y la explotación del cauce del Sil. Las intervenciones se centran en la recuperación del apeadero como centro de información y acogida de los peregrinos, mejora del entorno de la iglesia de San Miguel con la incorporación de vegetación y la apertura de una verja que permite contemplar su interior, la recuperación de la arquitectura tradicional y los esgrafiados y la creación de un mirador desde la aldea a la mina.

El trabajo del segundo grupo se centró en el Camino Comestible, proponiendo una intervención para despertar los sentidos alrededor de los recursos biológicos en el camino (frutales, cerezos, madroños, vides, olivos, etc) con la creación de puntos de descanso y encuentro con los vecinos en hitos de esta etapa, así como la mejora del entorno de la Ermita de los Remedios.

Por su parte, el tercero grupo ahondó en Líneas y trazas, investigando otras alternativas históricas que contribuyan a enriquecer la reflexión para una futura delimitación del Camino de Invierno, basadas en el Mapa de Caminos de Domingo Fontán, las Vías Romanas y el paso por el Mosteiro de San Clodio.

Por último, el grupo Rairos, se centró en el tramo desde Castroncelos hasta Rairos poniendo en valor los recursos naturales y culturales con nuevas estrategias de comunicación y promoción con la implicación de población: premio al mejor núcleo rural que mantenga el Camino de Invierno, menús del peregrino con la gastronomía de la zona, creación de apps de divulgación cultural y conexión con la población local.